El gobierno cubano ha tenido una única meta y muchas estrategias -según hayan soplado los vientos- por los últimos 53 años: mantener el poder a toda costa sin importar los medios. Este adagio de Macchiavello ha sido su filosofía.
Tras la caída del bloque soviético, la inquebrantable amistad y el subsidio por tuberías se fueron a bolina. Entonces, ya no se podía ser ultra ateo y más ortodoxo que Marx. La efigie verde de Washington se hizo más popular que la de Lenin. Las puertas del Partido Comunista se abrieran a los otroras enemigos creyentes. Ya no importaba si creían en Yemayá o en Jesús de Nazaret, el barbudo todopoderoso les abría las puertas al reino de los escogidos. En lo adelante, caerían otros paradigmas antes irreconciliables con el comunismo “purísimo” del régimen. Veamos.
A partir de 1993, el dólar es “despenalizado” –recordemos las condenas carcelarias sufridas por muchos infelices por el “delito” de llevar un dólar en su bolsillo- como un último recurso de salvación por medio de la manipulación sentimental del exilio y sus abundantes remesas. Ya no éramos traidores sino “trae dólares”. Las cifras, según algunos cálculos especializados, alcanzó algo más de 2 mil millones dólares en 2011. A esta cifra habría que añadir los valores por envíos de ropa, calzado, medicinas, visitas, entre otros bienes, los cuales suman millones. En otras palabras, el régimen subsiste, en gran parte, producto del sudor de la “Mafia de Miami” ¡Qué paradoja!
Ante la avalancha de artistas “quedados” hasta en la conchinchina, se optó por no calumniarlos y cobrarles mejor. Ya no son repugnantes vende patrias, sino compañeros residentes en el exterior que pagan sus impuestos, o sea, compran su entrada y salida del país sin perder sus bienes. Si no puedes vencerles, mejor exprímelos, parece ser la nueva consigna.
Recientemente, se ha añadido una nueva modalidad: el intercambio cultural de allá para acá –léase artistas que viajan por dos meses a trabajar en la televisión en español y teatros de la misma línea- los cuales, supuestamente, no reciben salario debido a la ley del embargo, pero que dudamos mucho que así sea.
Por último, Mariela Castro se muestra como “La Madre de las Casas” de los Gays y Lesbianas Nacionales. Siempre y cuando, estén integradas e integrados y acepten las reglas de la “Generalita en Sexo”, o sea, solo las y los revolucionarios podrán disfrutar de las bondades y reconocimiento del Instituto presidido por la de niña de Papá Raúl. En otras palabras, solo las locas rojas tendrán acceso al paraíso comunista presidido por Mariela, los demás, irán al infierno.
Podríamos enumerar muchísimas otras camaleónicas decisiones cuyo objetivo es preservar el sistema y en sus riendas a la Dinastía Castro, pero sería harto aburrido.
Tras la caída del bloque soviético, la inquebrantable amistad y el subsidio por tuberías se fueron a bolina. Entonces, ya no se podía ser ultra ateo y más ortodoxo que Marx. La efigie verde de Washington se hizo más popular que la de Lenin. Las puertas del Partido Comunista se abrieran a los otroras enemigos creyentes. Ya no importaba si creían en Yemayá o en Jesús de Nazaret, el barbudo todopoderoso les abría las puertas al reino de los escogidos. En lo adelante, caerían otros paradigmas antes irreconciliables con el comunismo “purísimo” del régimen. Veamos.
A partir de 1993, el dólar es “despenalizado” –recordemos las condenas carcelarias sufridas por muchos infelices por el “delito” de llevar un dólar en su bolsillo- como un último recurso de salvación por medio de la manipulación sentimental del exilio y sus abundantes remesas. Ya no éramos traidores sino “trae dólares”. Las cifras, según algunos cálculos especializados, alcanzó algo más de 2 mil millones dólares en 2011. A esta cifra habría que añadir los valores por envíos de ropa, calzado, medicinas, visitas, entre otros bienes, los cuales suman millones. En otras palabras, el régimen subsiste, en gran parte, producto del sudor de la “Mafia de Miami” ¡Qué paradoja!
Ante la avalancha de artistas “quedados” hasta en la conchinchina, se optó por no calumniarlos y cobrarles mejor. Ya no son repugnantes vende patrias, sino compañeros residentes en el exterior que pagan sus impuestos, o sea, compran su entrada y salida del país sin perder sus bienes. Si no puedes vencerles, mejor exprímelos, parece ser la nueva consigna.
Recientemente, se ha añadido una nueva modalidad: el intercambio cultural de allá para acá –léase artistas que viajan por dos meses a trabajar en la televisión en español y teatros de la misma línea- los cuales, supuestamente, no reciben salario debido a la ley del embargo, pero que dudamos mucho que así sea.
Por último, Mariela Castro se muestra como “La Madre de las Casas” de los Gays y Lesbianas Nacionales. Siempre y cuando, estén integradas e integrados y acepten las reglas de la “Generalita en Sexo”, o sea, solo las y los revolucionarios podrán disfrutar de las bondades y reconocimiento del Instituto presidido por la de niña de Papá Raúl. En otras palabras, solo las locas rojas tendrán acceso al paraíso comunista presidido por Mariela, los demás, irán al infierno.
Podríamos enumerar muchísimas otras camaleónicas decisiones cuyo objetivo es preservar el sistema y en sus riendas a la Dinastía Castro, pero sería harto aburrido.
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