Raúl Castro ha anunciado la celebración del VI Congreso del Partido Comunista para abril de 2011. Como temática única tendrá el proceso de reformas económicas que lentamente ya se van implementando. Los más optimistas, ven el inicio del desmontaje del sistema estalinista vigente por los últimos 52 años. Otros, consideran que solamente es una maniobra de supervivencia ante el deplorable estado socio económico del país.
El Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social deja claro que Cuba seguirá siendo un país socialista, y que "en la actualización del modelo económico primará la planificación y no el mercado". Es decir, solo se permitirá un crecimiento limitado del sector privado y gravado por la nueva política fiscal que aplicará mayores gravámenes a los ingresos más altos "para contribuir a atenuar las desigualdades entre los ciudadanos'', léase controlar a los llamados macetas, o sea, aquellos que con su esfuerzo puedan acaudalar una pequeña fortuna.
Por otra parte, la descentralización y la autogestión de las empresas estatales, la creación de negocios privados - se promete la apertura de tiendas de precios mayoristas para este sector-, las cooperativas en áreas de endémica deficiencia, como la gastronomía y los servicios, no dejan de ser medidas únicas y de gran potencial.
El programa promete cambios significativos en el modelo económico cubano. Ahora, su eficiencia estará en dependencia del grado en que la gerontocracia perciba que el poder político se le pueda escapar. La Raustroska puede, sino solucionar, al menos paliar la difícil situación del pueblo cubano. En última instancia, su éxito dependerá de que el pragmatismo se imponga a la megalomanía de los que por medio siglo ostentan el poder.
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