En los 70’s solo pude resolver botas rusas para ir a
la escuela. Rompe rocas le decían. Después, en los 80’s llegó la moda de los
botines y, desde entonces, solo uso botines, jeans, t-shirts, y en ocasiones especiales blazer, t-shirt y,
por supuesto, botines. Los fines de
semanas, ando en shorts, tenis, y camiseta deportiva. Soy anti-etiqueta por
naturaleza y enfermo al jean.
A principios de los 80’s, viviendo en Cuba, tuve la
suerte que unas amistades llegadas por la comunidad (los gusanos traidores que
se convirtieron en mariposas traedolares) me regalara un jean LEE, unos
botines negros de charol y un pulóver de
fondo amarillo con la bandera americana. Aquello fue un escándalo. El domingo siguiente me estrené el atuendo,
me miré al espejo y por poco me caigo a besos ¡Coño parecía un pepillo de
verdad! Con mis 20 años Salí a
conquistar el mundo –o eso pensaba- Al bajarme en la parada del parque de la
Fraternidad rumbo a la calle Cienfuegos donde vivía mi novia de entonces, un policía me ordenó detenerme.
Sin más, me pidió el carnet de identidad, me miró fijo a los ojos y me dijo:
¿No te da velgüenza ve'tirte con la bandera americana? En lo absoluto, esa es
la bandera de Lincoln, Martin Luther King, y de cientos de estudiantes
americanos que estudian en Cuba. Eso lo hizo emperrarse. Me ofendió
llamándome “jipe ‘e
mielda”. Le contesté que trabajaba y estudiaba en la universidad y que
era un ignorante. Ahí ardió Troya. Me esposó y me llevó detenido por desacato
para la estación de policías al lado del Teatro Martí. Allí estuve sentado en un banco durante
horas. Por fin, el oficial de guardia me
llamó. Un teniente de unos 25 años, cinco mayor que yo. Apenado me dijo: Disculpa
que te haya tenido tanto tiempo aquí, pero esperaba que se fuera el agente que
te trajo. Tú no tienes problema y te puedes ir… pero, chico… no te pongas más
el condena ‘o pulóver para que te evites problemas.
¿Qué si seguí usando el pulóver? Sí, pero en ambientes más flexibles al
“divisionismo ideológico”
fiel reflejo de nuestra apedreada dignidad, decia Pablo cohello que ser valiente era tener diarrea y atreverse a tirarse un peo.
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