18 de noviembre, 2008
Mi Vieja:
Tengo delante de mí tu foto, la que me acompaña por casi 15 años. A ella a diario le hablo y cuento miles de cosas. Hoy no dejaré de hacerlo. Estas sonriente como te voy a recordar siempre. No te digo Adiós, me niego, porque tú NUNCA te irás. Esta aquí, cerquita de mi, madre, padre, abuela, mejor decir, alma de todos nosotros. Esa que con mimos nos crió a Víctor y a mí, que no supo decir nietos, sino mi’jos, porque eso somos para ti. Tú, que nos enseñaste a ser padres siendo entrega total, que no escatimaste dar lo que te sobraba: AMOR. Tú, que me enseñaste a desdeñar lo material y amar las cosas que te harán eterna. Tú, buscando siempre que dar a los demás sin tener apenas para ti. ¿Crees que te puedes ir así no más?Me vienen muchos recuerdos. Tus cuentos y anécdotas, como el de “Constante y los Bautizos”, tus travesuras con el carro del General Rego en Campo Florido siendo tú apenas una niña, las poesías que memorizabas y cuantas cosas más. Nunca te faltó picardía y el buen sentido del humor. Me gusta recordarte de pie y con las manos en la cintura haciendo y deshaciendo tus cuentos, con esos gestos solo tuyos, inimitables. Los miles de dicharachos que te sabes, o cuando de vez en cuando te sentabas en el portal a fumarte un cigarro con Victoria la muda como un par de niñas traviesas. No ves que no es posible, que no hay despedida ¿Crees que te puedes ir así no más?Siento tu presencia. Es simple: en verdad nunca nos hemos separado. Tú, mi inspiración, mi patrón a seguir, en quien siempre pienso antes de obrar. Ángel Guardián, te desbordaste en amores ¿acaso no lo fuiste de todos esos niños a quien tu aura santa espantó las fiebres y los malos ojos al compás de la Oración de San Luis Beltrán? Me niego a escribirte en pasado. No, Tú siempre estarás viva a mi lado ¿Crees que te puedes ir así no más?Esas, tus manos hechas para acariciar, ojos de luz y cielo, labios que siempre me llamaron Jorgito, Tú, Ana Luisa Alfonso y Fernández, o simplemente TATA, no te puedes ir así como así, porque estás en cada uno de nosotros: tus hijos, tus nietos, a todos los que siempre malcriaste como solo tú sabes hacer: entregando AMOR. Fuiste la luz del niño huérfano de calor, la inspiración perenne del hombre que llora por no darte el último ADIOS, que se consuela por haber tenido la dicha te poder llamarte MIMA, TATA, ABUELA…Todo ¿Crees que te puedes ir así no más?
UN BESO,Vieja, de tu hijo,
JORGE
Tierno.
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