Thursday, July 21, 2016

COSAS DEL INGLÉS

NO VENDEMOS BETÚN
Con sus imponentes 300 libras enmarcando  6 pies y medio de estatura, le repetía al cliente una y otra vez - ya algo enfadado- que no teníamos betún.  Salí de la oficina para ver que sucedía. Para mi sorpresa,  encontré a un joven afroamericano de pelo enmarañado con un cepillo capilar en las manos.  Indago con mi socio que sucedía y me dice: “llevo rato explicándole que no vendemos betún para zapatos, pero sigue insistiendo”. Entonces me dirijo al señor y le pregunto en inglés: how can I help you? Con cara de sufrimiento y las piernas apretadas me dice: Please, do you have a bathroom? Al darme cuenta que necesitaba con urgencia evacuar su vejiga le indique donde estaba el baño.  Nada, mi socio había confundido bathroom (bazrum) con betún para zapatos al verlo con un cepillo en las manos.

WRONG HOLE!
La productividad del trabajo es un orgullo en los Estados Unidos. Pero también trae sus inconvenientes. Una asistente de enfermera (CNA en inglés) me cuenta que debía asear diariamente una cantidad considerable de pacientes muy ancianitos, además de suministrarles los medicamentos requeridos. El trabajo era agotador. Al final de la jornada, le correspondía su turno  a Ms. Helen. Una simpática ancianita americana quien siempre le sonreía a pesar de estar aquejada por el Alzhéimer. Físicamente, era extremadamente delgada y frágil, por lo que tomaba especial cuidado en su atención para no lastimarla La tarde en cuestión, después de bañarla y antes de vestirla, debía colocarle vía anal un supositorio prescripto por su doctor. Are you ready? Le preguntó a la paciente quien como era habitual solo sonrió.  La asistente procedió entonces a colocarle el supositorio. Para su sorpresa, Ms. Helen comenzó a gritar: “wrong hole, wrong hole!  Nuestra CNA se había equivocado de orificio por algo menos de una pulgada.  

COMPRANDO GROSERÍAS
Ambos trabajaban para los servicios de traducción vía telefónica. Cada tarde, de la agencia Language Services llamaban a los esposos para conocer el horario en que podían  pasarles llamadas de los hospitales, la policía o donde hiciera falta traducir del inglés al español o viceversa. Cada día, él o ella contestaban al teléfono y reportaban las horas que estarían disponibles.  Una tarde de frio invernal, el refrigerador pedía a gritos que compraran alimentos. Por lo que decidieron ir al mercado primero y después reportar a la agencia. Ya casi iban saliendo cuando sonó el teléfono. Kathy, la encargada de llamarlos por Language Service se adelantó y los llamó antes de la hora usual. La esposa contestó precipitadamente: Kathy, lo siento, pero ahora mi esposo y yo vamos comprar unas cuantas “groserías” y no vamos a estar disponible”. Al notar el error de españolizar el término en inglés groceries por groserías comenzaron a reír y colgaron el teléfono apenados porque Kathy tal vez pensó que iban a una tienda de adultos. Cosas de las lenguas de Shakespeare y Cervantes.  



SOY UN OFICIAL DE POLICIA
Carmita era la profesora más querida de la secundaria de Campo Florido. De carácter jovial,  voz dulce y una sonrisa siempre a flor de labios enseñaba Biología e inglés.  Era de esas personas cuya aura envolvía y alegraba a los alumnos  estimulándolos a aprender. No recuerdo que nadie osara interrumpir sus clases y menos que le llamara la atención algún chico  por indisciplina. Todos se extasiaban escuchándola y sus lecciones sentaban cátedra. En la clase de 9no grado teníamos a un personaje singular, al que todos conocíamos por su apellido: Macklin. De abuelos jamaiquinos, aunque el “inglés” estaba peleado con él, como solía decir, su apellido fue “cubaneado” y todos le llamabamos “Miclin”. Una mañana de 1974, Carmita nos enseñaba las diferentes formas del verbo TO BE y sus contracciones. Cuando le tocó el turno a Miclin, la profesora le pidió que  usara la contracción apropiada para la oración “I am a policeman”.  Ni lento ni perezoso, Miclin contestó con toda seguridad: Ai me apolisman. Carmita sonrió y con su especial sentido del humor pidió a la clase: Por favor, quien le esté haciendo daño a Miclin que pare ya. Se pueden imaginar, el aula se vino abajo en carcajadas incluyendo al bueno de Miclin.