Saturday, July 2, 2016

ME DUELE CUBA

De niño Martí, el héroe protagonista de las aventuras de mi infancia. De adulto, la quimera del hombre inalcanzable. De él quedó el amor a Cuba, esa que me duele todos los días.

Me duele Cuba, al ver los  balseros en harapos llegar a las playas floridanas  con el alma llena de esperanzas, ansiosos de pisar tierra seca para evitar la deportación.  Me duele Cuba, viéndolos deambular por Centroamérica a expensas de coyotes y pandillas desalmadas que los timarán y violarán a sus mujeres.  

Me duele Cuba, cuando los gobiernos culpan a la ley de la ilusión –léase de Ajuste Cubano- y no a la dictadura que la provoca.  Me duele Cuba, donde miles de cubanos apenas tienen para comer mientras los noticiarios Orwellianos elogian planes sobre cumplidos que no se ven en ninguna parte.  Me duele Cuba, cuando los tiranos viven en pomposas mansiones y sus hijos viajan el mundo como millonarios en un país de miserables.

Me duele Cuba, porque me niego a viajar y verla destruida, sin pan ni unicornios que labren el futuro. Me duele Cuba, en las niñas que venden su cuerpo y los padres que alaban su “prosperidad”. Me duele Cuba, en saber que un megalómano soltó las cercas de Birán para hacer de mi tierra su coto de caza privado.


Coño, ME DUELE CUBA, cuando escribo y las lágrimas no me dejan terminar.  

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